Pensamientos sonrojados
Mis pensamientos sonrojados y mi corazón ardiendo.
Me ruboricé, cuando compartimos nuestra primera sonrisa. Agarré fuerte mi corazón, para que no corriese tras de ti, cuando te veía. Bastante inevitable era luchar, por no suspirar sin que se notase la prisa.
Tan solo quería, que no tuviésemos ningún tipo de preocupación más. Que no importase si era martes o domingo, si llovía o hacía frío. Tan solo quería que me mirases, y no existiese nada más, que esos sueños que tenía contigo, se hiciesen realidad.
Hasta dejarme prendada, dando saltos por cualquier rincón, al recordar, que yo provoqué en algún momento a tu sonrisa. Fui dueña de aquel instante feliz, que compartimos los dos.
Quería que me robases cada noche un beso antes de dormir, un abrazo improvisado, ser la luz de tu mirada, quería que girases entorno a mis sueños cuando te recordaba…
Mis pensamientos sonrojados y mi imaginación haciendo todo lo demás.
Era en mis sueños, donde te sentía con ansia, aunque supiese que debía de luchar contra el deseo, de que me matases lentamente las ganas. Era en mis sueños, en los cuales, ese muro de prejuicios de distancia, no existe entre los dos…
Me enamorabas cuando sonreías, todo mi cuerpo temblaba con tu presencia, te soñaba y no había día, que pudiese arrancarte de mis pensamientos y olvidar tus miradas.
Adoraba que hicieses brillar mi sonrisa, cada vez que aparecías.
Me revolvías todo mi ser, como a una adolescente y era un amor, de esos, que te hacen perder el control y el único que actuaba en este caso, era el corazón brindando con dulces detalles, un altar para el muso de su inspiración e imaginación.
Quizás era el deseo y no yo, quien te soñaba, quien se aferra a querer verte… Me preguntaron, si aun creía en la magia… Les hablé, del brillo que producías en mi mirada…
Porque cuándo tú aparecías ,el resto del mundo se desvanecía, hasta llegar a ser insignificante.
Yo le dije al corazón que no era posible, que te borrara, que no tuviese ganas de bailar por tu recuerdo, que no te soñara con inocencia, que no suspirase por tu presencia, que no se excitase , al esperar que aparecieses…
Testarudo y rebelde corazón, que seguía empeñado, en girar entorno a ti, bajo la tormenta. Porque al final siempre habrá un ser, que nos haga sonreír de forma diferente a los demás, siempre habrá un motivo, que sonroje a nuestros pensamientos…
Siempre nuestros pensamientos sonrojados nos recordarán nuestros deseos.
(Sara J Pajares)
#Locapormitutú 😉 🙂
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