Las segundas partes nunca fueron buenas
Las segundas partes nunca fueron buenas que algo funcione por un tiempo, no quiere decir que sea duradero.
Ojalá nos enamorásemos de una persona, todo saliese a la perfección. El amor fuese eterno para el resto de nuestras vidas.
Hoy en día por desgracia más que nunca, las relaciones tienen fecha de caducidad.

Ya no se ama con tanta pasión como se amaba antes, con tanto respeto.
Tenemos tantos entretenimientos en nuestras vidas, que a veces nos olvidamos de valorar el amor verdadero.
En muchos casos, no sabemos cuidar las relaciones como se cuidaban antes… Donde no todo era probar, y probar hasta que te salía bien.
Vivimos en una era de amores online, follamigos, amigovios, ligoteos de usar y tirar…

Antes no pensaba en la teoría de que las segundas partes nunca fueron buenas. Siempre he creído en el amor verdadero y en que el amor todo lo puede cuando no ha habido errores imperdonables.
Cuando dejas una relación y después vuelves, existe un doble rencor, el tormento que hizo que acabase la relación, y por otro lado lo vivido mientras no se ha estado junto a esa persona.
Por ese motivo, las segundas partes nunca fueron buenas. Para que funcione, las personas tienen que estar muy limpias de rencor.
Deben luchar más que nunca por recuperar todo aquello que se rompió.
En mi vida sentimental, he vivido entre varias relaciones dos más intensas y fuertes que otras.
Ambas relaciones acabaron y tuvieron una segunda parte, posterior.
Primera relación; Tras cuatro meses de separación, fui consciente de todo lo que había fallado, que anteriormente no había sido capaz de visualizar. Estaba rota de dolor y no era capaz de pensar.
Luché con todas mis fuerzas por recuperar aquella relación y felicidad compartida porque era capaz de ver lo fácil que resultaba resolver nuestros problemas y tonterías.
Me costó un tiempo recuperar el contacto, pero eso no me hizo perder las fuerzas para seguir luchando.
Ni por un momento me planteé en aquel momento, que las segundas partes nunca fueron buenas.
Conseguí recuperarle, pedir perdón por mis errores y en cierto modo con aquella experiencia maduré un poco para la edad que tenía por aquel entonces.
Volvimos como si nunca nos hubiésemos dejado antes, jamás hubo un reproche por el pasado anterior, ambos nos amábamos con tanta locura y tanta fuerza, que éramos capaces de todo por nuestro amor.
Éramos dos niños jugando a ser mayores, que lo único que querían era estar juntos y compartir su amor.
Tuvimos que luchar durante años contra todo lo que nos separaba. Hasta que conseguimos estar juntos y nunca quisimos volver a separarnos.
Tenía ganas de gritar cada día por el balcón, que no era cierto eso de que; Las segundas partes nunca fueron buenas.

Nosotros podíamos con todo, éramos dos guerreros que siempre estaban unidos, nunca dejábamos que nadie se metiese en nuestra relación. Y si lo hacían, ambos nos apoyábamos a muerte siempre.
La vida era por y para nosotros.
Con el tiempo lo dejé, pensé que era la decisión correcta por nuestro propio bien. Nada tuvo que ver con eso que dicen de que las segundas partes nunca fueron buenas.
Algo en él cambió, perdió toda su fuerza. Tonta de mi pensé que al alejarme de él, conseguiría recuperar todo aquello por lo que un día quiso luchar. (Tenía 21 años)
Nos despedimos con un abrazo, jamás con un reproche y me acompañó en mi mente durante años, me acompañó en mi mente bajo canciones, peliculas, bajo otras relaciones, pensé que jamás sería capaz de olvidarme de él y volver a sentir un amor tan inmenso.
8 años después nos volvimos a ver, y fui consciente de que lo había idealizado con el tiempo.
Pude cerrar esos pensamientos que durante tantos años me acompañaron.
Segunda relación; Tras 5 años de soltería living la vida loca…

Lo vi a él, y me enamoré a primera sonrisa tras una casualidad.
Me enamoré como si nunca antes hubiera sentido amor, mis ojos brillaban intensamente cada segundo de mi existencia con él.
Los detalles de amor, eran un ritual entre los dos. Todo el mundo era consciente de lo mucho que nos amábamos, porque no éramos capaces de esconder nuestro amor.
Pensaba que él era el definitivo, que era el hombre de mi vida. Quería todo con él, deseaba envejecer a su lado.
Por una tonta discusión se alejó de mi lado, dejándome rota en mil pedazos, nunca en mi vida había experimentado un dolor tan fuerte.
Luché, luché dejando mi moral a un lado solo por recuperar nuestro amor, pero él cambió por completo, siendo una persona totalmente diferente a la de la cual que me enamoré.
Fue cruel, muy cruel conmigo y hubo un punto que pensé; Te quiero pero me quiero más yo y no puedo más con esta agonía que me estás haciendo pasar.
Cuando me perdió y vio que ya no me tenía a su antojo, luchó por intentar recuperar el contacto conmigo. (Había deseando tanto ese momento)
Volvió, pero jamás volvió con todo, jamás volvió a ser lo mismo, ahora si que puedo asegurar que las segundas partes nunca fueron buenas.
Yo esperaba que él estuviese al 1.000 x 1.000 conmigo para hacer que recuperase las mariposas y curase todo mi dolor, con su amor.
Pero al tenerme, se acomodó y yo me fui apagando día a día, no volví a sentir ese amor tan intenso ni a sentirme querida del mismo modo, como antes de que se acabase la relación.
Por ello si que en ese caso puedo decir, que las segundas partes nunca fueron buenas.
Tengo mi conciencia tranquila de que puse mis ganas en volver a recuperar todo lo perdido, pero no recibí lo mismo.
Para que algo funcione una vez que se ha roto hay que tener mucho coraje, hay que ponerle mucho empeño.
El amor no es fácil cuando las cosas se complican, pero si se quiere y ambas personas están dispuestas, el amor todo lo puede. Cuando dos personas quieren todo con la otra.
Jamás aceptes menos de lo que consideras merecer por el hecho de que algún día te hizo feliz, si ya no te hace feliz no lo fuerces.
Que algo funcionase en su momento no quiere decir que vaya a durar eternamente.
Al final debemos quedarnos con las partes positivas de cada vivencia.
A día de hoy he roto mi certeza de que no solo te enamoras una vez de verdad en esta vida. Sino que cuando llega la persona correcta, eres capaz de romper todas tus normas y en mi caso acabé de nuevo enamorada perdida.
¿Y tú, crees que las segundas partes nunca fueron buenas o tienes una buena experiencia que contar?
-Sara J Pajares-
#Locapormitutú
Comments ( 100 )