Entre sueños bohemios y tutús
Entre sueños bohemios y tutús de un suceso quizá algo traumático para la gran mayoría, sacaron una oportunidad de mejorar sus vidas por las circunstancias que les había deparado su destino…
Él, aquel bohemio artista divertido, ingenioso y despreocupado.
Ella la reina del drama, pasional, alocada impulsiva, con una peculiar sonrisa que siempre lucia en su cara y un tutú para acompañar.
Juntos eran una bomba de relojería que podía explotar con un simple chasquido.
Sus dos mentes inquietas funcionando a la par, podía derrumbar cualquier miedo o preocupación que les acontecía.
Lo que más les gustaba era divertirse con cada pequeño detalle y cada oportunidad que surgía. Entre sueños bohemios y tutús.
Él era capaz de crear una obra de arte después de una tormenta de verano, con una simple sombrilla que la fuerza del viento había arrastrado.
Ella era imparable por naturaleza, era capaz de robar sonrisas hasta al corazón más desolado.
Hace ocho años se conocieron en la séptima planta de una vieja oficina de la calle Jacometrezo de Madrid.
La conexión entre ambos rápido comenzó a surgir, eran dos cabrones con cara de inocentes y un gran corazón.
Les encantaba bromear, comer yogurlados, hacer guerras de botes de espuma, dejar la col caducar en aquella nevera llena de sobras y de tuppers a medio abrir.
Ellos a pesar de su edad madura, jamás perdieron ese punto infantil que nadie debería de perder con las circunstancias de la vida.
Las obligaciones diarias, las preocupaciones sin sentido que hacen que olvidemos con el paso de los años aquel toque tan especial que genera la ilusión por vivir.
La vida una vez más les puso a prueba, desafiando su estabilidad y su capacidad para no quedarse cómodamente quietos en un lugar.
A ambos se les desplomó su situación laboral.
A pesar de que ella era la reina del drama y él solía consolarla, esta vez intercambiaron sus papeles.
Él dramatizó la situación y no le dejaba pensar con claridad, sacar su ingenio a relucir. Pero al otro lado estaba ella para darle ese empujón que le faltaba.
Entre sueños bohemios y tutús, fantaseando a ella se le ocurrió una disparatada idea;
-¡Nos vamos a París a vivir de nuestro arte!

No paraban de reír imaginando como sería su vida al marchar.
Aquella plaza del museo Louvre de París, donde él podría dibujar y ella escribir relatos cortos para amenizar la vida de los viandantes que pasasen por allí.
Un piso viejo con columnas y ventanas de madera acogería sus noches de descanso, con vino de tetrabrik y litronas de cerveza.
Dejar a un lado la estabilidad y la esclavitud capitalista diaria para vivir entre sueños bohemios y tutús.
Hacerse con esa gran ciudad, aquella aventura tan insensata como ellos.
Ella se imaginó bailando con un tutú rosa y brillantina en aquella plaza mientras la inspiración callejera le acompañaba en letras, rimas en francés para provocar sonrisas pasajeras.
Le visualizó a él dibujando, plasmando, trazando aquello que quizá no valoramos de los momentos como una sincera mirada, una sonrisa lejana, la belleza que existe tras la tristeza en los rostros ajenos.
Tenían todo planeado de cómo sería su vida allí, y lo compartieron con unos amigos cercanos.
Sin duda él volvió a sonreír y a sentirse inspirado, pero solo les faltaba un pequeño detalle para volar entre sueños bohemios y tutús.
No les tocó el euromillón ni las tres primitivas que jugaron para hacer realidad su sueño y aun siguen por Madrid inventando instantes para ser felices a pesar de todo aquello que les rodea.
En su pequeño mundo loco, donde todo puede ser posible al intentarlo y nunca ven limites para seguir luchando entre sueños bohemios y tutús.
París tendrá que esperar por ahora, pero quién sabe lo que les deparará su destino…
-Sara J Pajares-
#Locapormitutú
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