Para hablar de personalidad sumisa, este tipo de comportamientos deben darse también en relaciones personales en las que no hay una jerarquía oficial o explícita: por ejemplo, en una relación de amistad o en un matrimonio. Por otro lado, tener un tipo de personalidad sumisa no es incompatible con mostrarse dominante con determinadas personas o en determinados contextos; simplemente se trata de una tendencia general. Eso sí, estos casos en los que la persona toma un rol protagonista o de liderazgo deben ser menos frecuentes que aquellos en los que manifiesta sumisión. De hecho, es posible que este aspecto de su personalidad destaque mucho menos que otros rasgos de su manera de ser. Por otro lado, la personalidad es hasta cierto punto flexible y cambiante, si bien en comparación con otros conjuntos de rasgos psicológicos se muestra relativamente estable con el paso de los años. Sin embargo, no es frecuente que estas formas de personalidad cambien radicalmente en poco tiempo semanas a no ser que existan psicopatologías que alteren el funcionamiento del cerebro. Por eso, el contexto siempre debe ser tenido en cuenta. Poca tendencia a expresar sus deseos Los individuos que tienden a la personalidad sumisa hablan relativamente poco acerca de lo que les gustaría o de lo que tienen ganas de hacer si estas actividades involucran la conformidad de terceras personas.
Consiste en el uso de sustancias para anular por completo o parcialmente la voluntad de la víctima y que esta sea incapaz de recordar lo sucedido y, por tanto, de acusar al atacante de forma directa. En España, hasta la actualidad, se han encontrado muy pocos datos referidos a casos de agresiones sexuales en los que se ha recurrido a sustancias psicotrópicas o alcohol para anular a la víctima. Dependiendo de cómo se produzca la ingesta de la enjundia, podemos hablar de distintos tipos de sumisión química: Sumisión química proactiva: El atacante administra de forma deliberada una o varias sustancias a la baja de manera encubierta, utilizando otras sustancias. Sumisión química oportunista: En este decorado se produce la ingesta voluntaria por parte de la víctima de una cantidad de sustancias o alcohol que provoquen un estado de intoxicación aprobado que es aprovechada por el agresor.