Lo primero que sentí al ver a Lorena fue una rabia infinita. Bueno, no, mentira, eso fue lo segundo. Viendo como sus firmes pechos tensaban la tela de su camisa cada vez que se movía a dejar la taza sobre la mesita. No eran muy grandes, pero si firmes, con unos puntiagudos pezones que se marcaban perfectamente en la tela a pesar de la protección del sujetador.
Tengo que añadir que en ambos casos las dos habían sido amigas de mi esposa fallecida. No siempre es el hombre el que «busca». Y esta historia debe servir para «aviso de navegantes», pues hay muchas casadas no satisfechas y eso puede anatomía un peligro; es una lección que aprendí de aquello. Pero llevar a la realidad los sueños, no me seduce mucho. Ese hermanamiento que tengo con mis amigas no es compatible, con tener sexo con sus parejas.
Hola, a mi. Me pasaba lo mismo con mi galán, y sé lo frustrante que es. Yo no soy. Sexóloga tampoco abundante aparte, empero puedo ayudarte desde mi experimento. Nosotros para lograrlo. Vimos un grabación de porno educacional y, tras verlo, conseguimos nuestro efecto.