Testimonio: Infidelidad Redescubrí la pasión con un extraño Éramos la pareja perfecta ante los ojos de la gente. Pero mi vida sexual era de pena. Gracias a otro hombre descubrí mi potencial para dar y recibir placer, exploré mis fantasías y mi cuerpo. Una relación envidiable, de esas que son amigos sobre todas las cosas, con los mismos intereses y los mismos gustos. Pero algo faltaba. Era la típica mujer casi asexual, fruto de una crianza que yo creía moderna, por aquello de que me explicaron muy bien cómo se hacen los niños y todo eso, cuando en realidad lo que deberíamos saber es que los niños hay que hacerlos preferiblemente sintiendo placer. Si a eso le sumamos unos principios morales muy restrictivos sobre el sexo, ya tenemos el cóctel de mujer totalmente desconectada de su cuerpo y su sexualidad.
Observar y ser observados. El exhibicionismo y el voyerismo eran considerados tradicionalmente poco así como una perversión. La existencia es que hoy todos disfrutamos del placer de exhibirnos y de observar sin dejar huella. Lo hacemos cada día en las redes sociales. Subimos fotos por el placer de conocer que alguien va a verlas.
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