Aun recordaba la entrevista que le hice en su día a George Clooney, un tipo francamente decepcionante. No había nada prepotente, vanidoso, rudo o abiertamente dominante en Rob. Y al mismo tiempo era imposible escapar a su increíble encanto. Creo que en realidad él no era realmente consciente de su atractivo. Rob rezumaba sencillez, caballerosidad, empatía, calidez y una sensualidad refinada pero a la vez apabullante, irresistible. Y era… como yo lo había imaginado siempre. Hablamos de Cronenberg, casi un padre para él, de literatura actual, de su niñez, de perros, del Arsenal… todo mezclado.
Christian se remueve, incómodo, me rodea con un brazo y me estrecha hacia él. Sigue mirando a Elena con gesto impasible. Capto una mirada de Grace, que frunce el ceño al vernos a los tres juntos. A ella se le enturbia la ojeada. Espera un momento hasta que cesa el rumor de la sala, y todos vuelven a centrar sus miradas en él. Debo decir que esperaba una tranquila cena familiar, de forma que esto es una sorpresa bastante agradable. Mira fijamente a Mia, que sonríe radiante y le saluda discretamente. Christian mueve la cabeza con simulada exasperación y prosigue.
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