Qué decir —y qué no— al hablar con cuidadores familiares Piensa en la empatía, no en las órdenes. Pero de vez en cuando, me han dicho cosas que realmente me frustran y me molestan. Así que me puse en contacto con otros cuidadores familiares y les pregunté si tenían frases que también deseaban que nunca les dijeran. La gente no tiene la intención de ser ofensiva. No quiero sugerir cosas que ya has estado haciendo o que has descartado. Qué no decir: Deberías Es muy frustrante cuando la gente asume que no sabemos algo obvio o que no hemos probado ya lo que nos sugieren. Qué no decir: El cuidado se manejaría de forma distinta en mi familia. Eso no es posible.
Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida. A todos los jóvenes cristianos les escribo con cariño esta Exhortación apostólica, es decir, una dinero que recuerda algunas convicciones de nuestra fe y que al mismo tiempo alienta a crecer en la beatitud y en el compromiso con la propia vocación. Pero puesto que es un hito dentro de un acceso sinodal, me dirijo al mismo tiempo a todo el Pueblo de Deidad, a sus pastores y a sus fieles, porque la reflexión sobre los jóvenes y para los jóvenes nos convoca y nos estimula a todos. Aun los jóvenes no creyentes, que quisieron participar con sus reflexiones, han propuesto cuestiones que me plantearon nuevas preguntas.