Sin embargo, si se desea mantener una relación estable y gratificante, la sexualidad no solo hay que experimentarla, sino que hay que hablar también acerca de ella para lograr un mejor conocimiento de la pareja y alcanzar un buen desempeño en la intimidad, que satisfaga a ambos. Lleguen a acuerdos, pero no se conviertan en espectadores pasivos del deterioro de una sexualidad extraordinaria al inicio de la realación, a una sexualidad rutinizada. No hagan el acto sexual por cumplir un requisito, sino, porque lo desean de verdad. Dialogue sobre las formas de estimulación, el cómo, el dónde, el con qué les gusta. Los sitios, las vestimentas, si con luz prendida o apagada. Si prefieren que les digan durante el acto sexual palabras bonitas o groserías. Del sexo mismo incluso no se habla porque se considera sucio, pecaminoso, penoso hablar del asunto. Hay que vencer esos prejuicios. Empiece por conocer bien sus propias zonas erógenas para explorar y conocer las del otro.
No es cierto. La realidad es que hombres y mujeres tienen las mismas necesidades de mantener relaciones sexuales, y las mismas ganas, pero sus ciclos funcionan de distinta manera. Algo que ha mantenido confundidos a los expertos durante mucho tiempo. La libido femenina aumenta con el tiempo y las mujeres alcanzan la madurez sexual hacia los 35 años, pero el ambición, no obstante, se ve afectado por la propia rutina de una relación amorosa. Esto no quiere decir que no quieran mantener relaciones sexuales, empero tienen motivaciones distintas para hacerlo. En muchos casos las mujeres buscan alimentar la intimidad emocional con su galán o, en ocasiones, incrementar su propia autoestima. Esto es clave para captar porque las mujeres no siempre parecen tan receptivas como el hombre respecto al acto sexual. La buena noticia es que se puede trabajar la aparición de ese deseo, y con la estimulación adecuada, la excitación venéreo y el placer se intensifican. Trabaja los preliminares Como apunta Basson en su estudio, muchas mujeres dan aforo a las relaciones sexuales sin adeudar un verdadero deseo, pero si las cosas se hacen bien, este acaba apareciendo.
Por complejos, una sociedad machista y opresiva y distintos posos de una adiestramiento demasiado puritana en ocasiones ha dejado tradicionalmente a la mujer al acera de la liberación sexual. Pero actualidad en día la mujer ya compite -casi- en el mismo plano que el hombre en el campo del sexo. Los libros de la dinastía '50 sombras de Grey' rompió muchos esquemas a algunos hombres, que pensaban que las mujeres eran meras muñequitas a las que dominar en la cama. A veces, por miedo a no ser comprendida por otras mujeres. En otras ocasiones, por miedo a causar extrañeza en su pareja venéreo, ya sea un hombre u otra mujer Algunas incluso quieren ser ahogadas temporalmente para ampliar su placer venéreo. La fantasía de ser penetrada por alguien quien nunca la había alcanzado antes le supone un morbo complicada de poner en marcha Sin bloqueo, un falso mito sexual es que el hombre prefiere tríos con dos mujeres y ellas, lo contrario. Empero no, a la mujer no le importa en ocasiones compartir cama con otra mujer si encuentra satisfacción en ese trío con su pareja masculina.