Brillo al mirar
El brillo de ojos en muchas ocasiones nos delata de forma inesperada.
Después de jugar con la Bendita imaginación sabiendo que Puede suceder y que algo puede pasar de Imaginación a realidad …
Para la princesa desencantada fueron tantas canciones sin él, tantas sonrisas marchitas, tantos roces sin sabor, tantos paseos buscándole por cualquier rincón…
Ahora, no solo escucha canciones, también entiende su composición.
La princesa encantada prefiere un simple «buenos días», a unos besos de otros sin calor; prefiere dar vueltas bailando por su imaginación a mirar su móvil e ignorar todos esos mensajes que no le producen ni una chispa de emoción.
Ella sueña con poder acariciar la bella sonrisa que él posee, mientras sus ojos, la observan sorprendido por todo esto que él le hace sentir.

Le piensa y se sonroja su subconsciente por todo aquello que es capaz de imaginar que haría y que hace sin él.
Ella ya no es un monstruito. Sus sentimientos no han muerto; la existencia de él los ha hecho revivir, los ha hecho flotar fuera de este feo mundo de engaños y traición.
Sin duda alguna, él es el muso de su inspiración.
Ella, cada vez que usaba el transporte público, imaginaba que él, de repente, podría aparecer de frente.
Cuando él la escribió, ella se pellizcó y solo supo tartamudear y llorar de alegría y emoción.
Las lágrimas a veces esconden las mariposas que revolotean por nuestro interior.
Como si de un escenario se tratase, sólo él y ella en aquella habitación; el resto sólo formaba parte del decorado y de la función.
Lo vio, e inmediatamente sus miradas se detuvieron en un mismo lugar. La princesa encantada se ruborizó y su sonrisa la delató.
Ella se sonrojó cuando compartieron su primera sonrisa. Después de tanto tiempo, lo miró e inevitablemente sonrió. Él supo que la sonrisa regalada le pertenecía.
La princesa le gritó mentalmente: «Te había extrañado tanto».

Le preguntaron si aún creía en la magia. Les habló del brillo que produce él en su mirada.
Ella quisiera que, como si de un cuento se tratase, él trepase por su balcón para robarle cada noche un beso antes de dormir, un abrazo improvisado y ser la luz de su mirada; quisiera que girase en torno a sus sueños cuando le recuerda.
Ella antes de dormir siempre piensa que está a diez minutos de sus labios y de su piel.
Casualidad o no, de nuevo el destino hizo una de las suyas: paseando por aquel lugar, donde encontró aquella palabra, él apareció en el número exacto que ella lleva tatuado.
El brillo de sus ojos fue inmediato.

Siempre habrá un ser que nos haga sonreír de forma diferente a los demás. Siempre habrá un motivo que sonroje nuestros pensamientos, que nos genere la posibilidad de volar, aun teniendo los pies anclados a la mediocridad.
-Sara J Pajares-
#Locapormitutú 😉 🙂
Esta es la historia de la princesa desencantada. Espero que os haya gustado el cuarto capitulo, iré publicando más cada semana.
Primer capitulo; Bendita imaginación
Segundo capitulo; Puede suceder
Tercer capitulo; Imaginación a realidad
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