El roce de su piel
El roce de su piel tuvo a la princesa noches en vela.
Si algo nos hace usar la Bendita imaginación al tiempo que quizá Puede suceder sabiendo que de Imaginación a realidad tan solo hay un paso, si esa sensación nos produce Brillo al mirar habrá que luchar por ello.
La princesa encantada esperaba una comida con él, que no sabía si iba o no a suceder.
Su corazón, deseaba ese encuentro inesperado.
Finalmente sucedió, ella se retocó antes de salir de la oficina, como haría cualquier bella mujer femenina, él, estaba allí, apoyado en la pared esperando.
Ella le vio guapisimo, cuando le localizó entre la masificación humana, que envuelve la gran ciudad.

Ya en el restaurante comenzaron a charlar, y cada palabra que él decía, estaba como arrancada del cerebro de la princesa, cuanta complicidad, en un lugar tan usual.
Ella, sólo deseaba detener el tiempo, que los minutos no pareciesen, rápidos segundos deseando escapar.
¿Alguna vez, has deseado que se pare el tiempo?
Disimuladamente, escribió una excusa a su jefe para alargar ese momento junto a él.
Salieron del restaurante y paseando él rozó el brazo de la princesa, a ella, inmediatamente, se le erizó la piel . Aun no ha conseguido olvidar, aquel tacto que le provocó tanto con algo tan básico aquel roce de su piel.
Ella volvió a su jornada laboral, pero su concentración se quedó con él, no dejaba de pensarle, de desear volver a estar junto a él, de saber más anécdotas, más historias por contar.
Andaba por la oficina, pero realmente, podía flotar, aunque sus pies tocasen el suelo, su corazón estaba por las nubes, soñando despierta con él.
Suspirándole y deseando que esta vez, el tiempo tomase esa velocidad inmensa, de su encuentro, sólo para verle después, en aquella sala de entrenamiento.

Más tarde con una tonta excusa se volvieron a ver.
Él hizo volver a casa a la princesa volando, sujeta por bellas mariposas que pensó, que la habían abandonado.
Ella le miraba, sonrojada y divertida a la vez, le acarició en varias ocasiones, le estimulaba reír junto a él, no podía olvidar el roce de su piel.
Era tarde y tenían que marcharse de aquel lugar. Como despedida, un dulce beso, lleno de ansía una vez más, por detener el tiempo.
Sólo por un beso…

Él no podría entender, esa manera inmadura, en la que la princesa lo trata, porque no puede existir, ninguna otra forma de actuar.
Le revuelve todo su ser, como a una adolescente y es un amor, de esos, que te hacen perder el control y el único que actúa en este caso, es el corazón.
Brindando con dulces detalles, un altar para el muso de su inspiración e imaginación.
Ella no puede ser normal, ni para bien, ni para mal. Sí el comportamiento, de la princesa hacía él, en algún momento lo llega a ser, significará tan sólo que le habrá olvidado.
Quizás, no se viva bien entre las nubes. La princesa encantada adora esa altitud y esa pasión, que él le provoca con tanta adicción.
-Sara J Pajares-
#Locapormitutú 😉 🙂
Esta es la historia de la princesa desencantada. Espero que os haya gustado el quinto capitulo, iré publicando más cada semana.
Primer capitulo; Bendita imaginación
Segundo capitulo; Puede suceder
Tercer capitulo; Imaginación a realidad
Cuarto capitulo; Brillo al mirar
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